domingo, 18 de noviembre de 2012

SIN DETENERSE



Un domingo cualquiera de 1973 o quizá un miércoles cualquiera de 1968 o un jueves de 1970, dos mujeres, una más mayor vestida de negro, quizá vista así porque esté de luto, todavía muchas mujeres mayores visten así cuando fallece un ser querido para ellas. Se ve una mujer que a pesar de su edad está acostumbrada a caminar aunque el camino sea largo, fuese un día de sol o nublado, no detiene la marcha, no creo que tuviese muchas oportunidades de detener la marcha durante su vida, las mujeres trabajadoras nunca lo hacen, sin embargo ella no mira hacia delante, parece que observa el camino como si no lo hubiese visto antes pero aún así, a pesar de la curiosidad, parece que sigue sin detener la marcha, no está acostumbrada a hacerlo. A su lado una mujer más joven con una cesta camina con paso firme, parece que no se detiene a observar el lugar, quizá no lo de importancia, quizá tenga prisa. Más a lo lejos un niño y una niña también caminan aunque parece que con más tranquilidad.
Me gustaría saber qué pensaran ese niño y esa niña que ahora serán padres, abuelos, tíos…, pensarán que la vida iba a cambiar tanto, que el día a día iba a ser tan diferente que el que ellos tenían, en el que la mayoría de los niños viven indiferentes, en el que ya no le dan importancia a las cosas a las que ellos les daban, en el que tienen cosas que no saben apreciar y cuidar… Y me gustaría saber qué pensaría esa señora de negro, una señora que vivió en tiempos en los que la gente disfrutaba con muy poco, que sabía valorar los pequeños detalles de las cosas igual que ella lo hace en la foto, gente que por poco que fuese algo ya era cantidad, que no tenían la oportunidad de detenerse y decidir, que sabían valorar lo que la vida les daba, gente luchadora, me gustaría saber qué pensaría del ritmo de vida de nuestros días, gente que a pesar de poder decidir qué quieren y hacía dónde quieren ir, viven ajetreadas, con prisa, sin pararse a observar las cosas que te brinda la vida, sin fijarse, ellos que pueden, en los detalles que marcan las diferencias, gente que vive con más de lo que necesitan, en el exceso y aún así no saben aprovecharlo, yo me pregunto qué, sin detenerse, pensaría.

                                                           Por Davinia Calderón Sánchez

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